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Traducido por I. Carrero, Univ. de Valladolid. Eleanor Hayes, Holger Maul y Nele Freerksen analizan por qué el ácido fólico es un componente esencial en la dieta de vuestros estudiantes –ahora y para tener una familia sana en el futuro–.
Una lágrima resbaló por la mejilla de Lucy. «Nunca imaginé que algo pudiera ir mal. Pensé que dejaría de tomar la píldora, me quedaría embarazada y tendría un bebé sano. Y todo parecía funcionar según el plan: me quedé embarazada enseguida. Cuando fui al médico, pensé que estaba exagerando cuando me daba consejos prácticos sobre la dieta y me dijo que tomara suplementos de ácido fólico. Tomé las pastillas, pero me preguntaba a mí misma: “¿qué puede ir mal con mi bebé?”».
Aun así, cuando estaba embarazada de 17 semanas, le dijeron que su bebé tenía espina bífida: el tubo neural no se había cerrado totalmente y había dejado los nervios sin protección. El daño en los nervios implicaba que su hijo estaría confinado a una silla de ruedas y que tendría incontinencia urinaria y serias dificultades para el aprendizaje. Tras varias semanas, muchas consultas y mucho pensarlo, Lucy y su pareja tomaron la dolorosa decisión de interrumpir el embarazo. Un año después, ella sigue convencida de que su decisión fue correcta, pero el dolor no se va.
La tragedia de la historia de Lucy es que probablemente se podría haber evitado si ella hubiese tomado los suplementos vitamínicos antes. Sin embargo, es preocupante que poca gente joven esté enterada de lo esencial que es el ácido fólico –o de lo importante que es tomarlo como suplemento al menos un mes antes de un embarazo–.
Cada año, en la Unión Europea, hay más de 4500 embarazos afectados por la espina bífida y trastornos relacionados, denominados colectivamente defectos del tubo neural (Busby et al. 2005). En el Reino Unido, aproximadamente el 85% de los embarazos es interrumpido tras este diagnóstico y cada año nacen unos 150 niños gravemente afectados por la espina bífidaw1.
Se estima que, en el 75% de los casos, la espina bífida se podría haber evitado si la madre hubiera tomado a su debido tiempo las dosis adecuadas de suplementos de ácido fólico. Un estudio europeo mostró que en los 18 países que tomaron parte, solo una minoría de mujeres había tomado suplementos de ácido fólico antes de sus embarazos. Los mayores porcentajes de mujeres que tomaron ácido fólico antes de quedarse embarazadas se dieron en Países Bajos, Reino Unido, Irlanda y Noruega: 30-46%. En Francia, España, Alemania e Italia, los porcentajes fueron mucho más bajos, en torno al 5% (Eurocat Folic Acid Working Group, 2005). (Nota del traductor: existe un informe más reciente aparecido después de la publicación original del presente artículo –otoño de 2009–; ver en Referencias).
El ácido fólico podría prevenir el 75% de los casos de espina bífida. Sin embargo, en el 25% restante de los embarazos afectados la situación es más compleja: el riesgo de espina bífida es superior en mujeres con un historial familiar de defectos del tubo neural, con diabetes o con sobrepeso. La espina bífida también se asocia con determinadas medicinas, por ejemplo distintos fármacos utilizados en quimioterapia o contra ciertas enfermedades autoinmunes. No obstante, varias de estas complicaciones se asocian también con el déficit de ácido fólico: algunas mutaciones genéticas reducen la capacidad de metabolizar el ácido fólico, igual que hacen determinados fármacos (p. ej. el metotrexato, utilizado para tratar la artritis reumatoide y algunos tipos de cáncer).
El ácido fólico es una vitamina hidrosoluble del grupo B también conocido como vitamina B9. El ácido fólico, o su forma natural, el folato, es esencial para numerosos procesos fisiológicos. Por eso, tanto niños como adultos necesitan un aporte diario de ácido fólico; su carencia puede producir anemia e importantes malformaciones en el nacimiento. (Utilizamos el término “folato” para la forma que se encuentra en el organismo y “ácido fólico” para la forma más estable que se encuentra en los suplementos).
Se encuentran altos niveles de folato en frutas y verduras, en particular en verduras de hoja (como espinacas y lechuga), así como en lentejas, guisantes y levaduraw2. El organismo humano no es capaz de sintetizar folato, lo que significa que dependemos de que haya niveles adecuados de esta vitamina en nuestra dieta. Aunque el déficit de folato puede deberse a distintas causas biológicas –como que se reduzca la capacidad de absorberlo–, la más común es que, simplemente, ingiramos muy poco folato (o ácido fólico).
En el organismo, el folato se reduce a tetrahidrofolato, la forma activa del ácido fólico. El tetrahidrofolato y sus derivados son coenzimas esenciales para varias reacciones de transferencia de carbono, de intercambio de unidades con un único carbono como el grupo metilo (-CH3).
Una serie de reacciones bioquímicas utiliza el tetrahidrofolato para producir metil-tetrahidrofolato, compuesto esencial para la síntesis de nucleótidos. Por ejemplo, junto a la vitamina B12, el metil-tetrahidrofolato es necesario par la formación de la base pirimidínica timina (del ADN) pero también de las púricas adenina y guanina (tanto de ADN como de ARN).
El tetrahidrofolato también es fundamental para la síntesis de varios aminoácidos. Por ejemplo, participa como coenzima en la metilación de la homocisteína para dar metionina, aminoácido que se requiere en diversas reacciones bioquímicas como las de metilación de ADN y ARN.
Por tanto, para la síntesis de ADN y ARN y, en consecuencia, para la formación y la regeneración celulares se requiere un aporte suficiente de folato. Esto es particularmente importante para todas aquellas células que tengan crecimiento y división rápidos –algo que se da especialmente durante el embarazo y en la infancia, pero también durante toda la vida en la médula ósea–. Como los tejidos cancerosos también experimentan rápidas divisiones celulares, este hecho se puede aprovechar: algunos fármacos utilizados en quimioterapia (p. ej. el metotrexato) están dirigidos contra el metabolismo del folato y así limitan la tasa de crecimiento de los tumores.
Durante los tres primeros meses de un embarazo, la carencia de ácido fólico puede provocar malformaciones en el sistema nervioso central del embrión –lo que se traduce en defectos en el tubo neural como la espina bífida, o en malformaciones del cerebro o del cráneo–. Se ha demostrado que la ingesta en la dieta de 400 µg de ácido fólico diarios reduce hasta un 70% los defectos del tubo neural en el embrión. Otros estudios han mostrado que los suplementos de ácido fólico son también importantes para el desarrollo de otros órganos embrionarios y que reducen el riesgo de malformaciones en el corazón y las extremidades, o de tener paladar hendido.
Por estas razones, en muchos países se ha estandarizado la suplementación con ácido fólico durante el embarazo; en Alemania y otros lugares, se aconseja a las mujeres que tomen ácido fólico cuando estén planeando quedarse embarazadas. Actualmente, la recomendación internacional para la suplementación diaria con ácido fólico para mujeres embarazadas o para aquellas que se plantean estarlo es de 400 µg/día. Varios grupos de investigación sugieren que también los hombres que planeen ser padres deberían aumentar su ingesta diaria de ácido fólico, pues se ha visto que esto reduce la incidencia de defectos cromosómicos en los espermatozoides.
Otra manifestación del déficit de ácido fólico es la anemia megaloblástica –que puede afectar a personas de todas las edades, y tanto a hombres como a mujeres–. La falta de ácido fólico reduce la tasa de división en la médula ósea, lo que resulta en la producción de glóbulos rojos (eritrocitos) en menor cantidad pero más grandes e inmaduros. Estos eritrocitos anormales tienen menor capacidad para transportar el oxígeno a los tejidos, con lo que el individuo afectado se sentirá cansado, débil y respirará con fatiga. Otras consecuencias serán la palidez y síntomas gastrointestinales como úlceras gástricas. La anemia provocada por el déficit de ácido fólico se puede tratar con suplementos; como la vida media de un glóbulo rojo es de 120 días y todas estas células están sujetas a recambio, se necesitarán unos cuatro meses para que el tratamiento sea totalmente efectivo.
El déficit de vitamina B12 tiene síntomas muy similares debido a la interdependencia que tiene con el ácido fólico para la síntesis de ADN, pero –a diferencia de la anemia provocada por el déficit de ácido fólico– también se asocia con problemas neurológicos que pueden ser irreversibles. Obviamente, para tratar la anemia de forma correcta es necesario saber cuál es el déficit que la origina. En las primeras etapas (antes de que aparezcan los problemas neurológicos), los dos tipos de déficit se pueden distinguir examinando los niveles sanguíneos de las dos vitaminas.
Una posible consecuencia añadida del déficit de ácido fólico es la acumulación de homocisteína (que normalmente se metila para dar metionina con participación del tetrahidrofolato). Elevados niveles en sangre de este aminoácido sulfurado se asocian con un aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular.
El ácido fólico es, por tanto, un tema interesante para tratar con los estudiantes –no solo para su salud presente, sino también para evitarles problemas en el futuro–. Para ayudar a nuestros lectores a introducir este asunto en sus clases y para motivar a los estudiantes, Science in School ha formado un equipo con un grupo de investigadores de la facultad de medicina de la Universidad Otto von Guericke de Magdeburgo, Alemania. En 2004, la doctora Simone Pötzsch y su equipo de investigación hicieron una encuesta a estudiantes escolares de una región de Alemania para ver cuánto sabían de la importancia de las vitaminas y minerales –en particular del ácido fólico– (Pötzsch et al., 2006).
Para Science in School, hemos traducido y adaptado esta encuesta de manera que los profesores puedan valorar el conocimiento sobre el tema de sus estudiantes –quizás antes de presentar este artículo en clase–. Los profesores deberían extremar su sensibilidad a la hora de decidir si usan el cuestionario y, si es así, con qué tipo de estudiantes. También recomendamos que se pida permiso a los padres de los alumnos antes de llevar a cabo la encuesta, explicándoles que los datos se utilizarán para un estudio a nivel europeo.
El cuestionario se puede descargar del sitio web de Science in Schoolw3 o se puede completar en líneaw4. Remitiremos a la doctora Pötzsch todos los resultados que recibamos hasta el 31 de diciembre de 2010. Si toman parte suficientes escuelas, ella y su grupo utilizarán los datos para un estudio posterior a nivel europeo. Los resultados serán publicados también en Science in School.
Todas las encuestas completadas en línea se incluirán automáticamente. Las encuestas en papel se remitirán (por correo normal o electrónico) a:
Dr Eleanor Hayes
Editor-in-Chief of Science in School
European Molecular Biology Laboratory
Meyerhofstrasse 1
69117 Heidelberg
Germany
Email: editor@scienceinschool.org
Los autores quieren agradecer a Friedlinde Krotscheck su ayuda en la planificación del artículo y en la búsqueda de recursos.
Muy pocos libros de texto de biología hacen hincapié en la importancia del folato en el desarrollo fetal o en cualquier otro contexto. Este artículo tenía que haber llegado antes para enriquecer los currículos existentes de biología y puede servir como un excelente ejemplo a la hora de tratar distintos aspectos de la biología humana (ver diagrama inferior). Se puede utilizar el metabolismo del folato para conectar las principales vías metabólicas al tiempo que se da a los estudiantes una visión comprensiva de su propio organismo. Por ejemplo, se puede usar para resaltar un principio importante en biología: las consecuencias en el metabolismo humano de la carencia de una vitamina.
Preguntas que se pueden hacer sobre la comprensión del texto son:
Los temas de discusión que pueden surgir con el artículo incluyen la planificación familiar, el estilo de vida, los programas institucionales de suplementación nutricional para determinados alimentos procesados, así como los riesgos que conlleva el déficit de folato. El mensaje positivo es que el conocimiento y el aporte de los nutrientes adecuados pueden eliminar o aliviar síndromes y enfermedades metabólicas.
El cuestionario adjunto permite a los estudiantes participar en la investigación que está en curso: tomar parte en la recogida de datos, el trabajo diario de los científicos. Empleada con seriedad y respondida con sinceridad, la encuesta se puede utilizar para motivar una clase de ciencias.
Los estudiantes deberían estar informados sobre el tema tratado aquí incluso antes de la pubertad para comprender la importancia de tener un estilo de vida saludable y para irse recordando según vayan creciendo: ácido fólico, “¿lo tomas en cantidad suficiente?”.
Friedlinde Krotschek, Alemania
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