El Misterio del Altruismo Understand article
Translated by William Medina-Jerez. ¿Existe el verdadero altruismo? ¿Tiene la ciencia una respuesta?
El origen de la amabilidad es un misterio. ¿Dónde se origina el hecho de dar y el altruismo? ¿Fueron acaso heredados junto con la selección natural—un legado resultante durante la lenta marcha evolutiva de la ameba, en los pingüinos desinteresados y en los mandriles caritativos? ¿O es el altruismo un hecho único, una muestra del triunfo humano sobre la fiereza de la naturaleza? Charles Darwin le llamó el gran acertijo, y varios pensadores han intentado dilucidarlo.
Este es el misterio: si la evolución es un proceso en el que sobrevive el más fuerte, y el altruismo es un comportamiento que reduce esta fortaleza, ¿por qué entonces encontramos expresiones altruistas en cualquier parte de la naturaleza? Considere las hormigas melíferas en los desiertos Americanos, las cuales penden de manera perenne de los techos de sus galerías como si fuesen bolsas de azucar colgantes, solo esperando a calmar la sed de la reina y de sus trabajadoras cuando sea necesario; o el caso de las gacelas, saltando una y otra vez para informarle a sus congéneres sobre la presencia de un león en los pastizales cercanos; o la planta de color amarillento conocida con el nombre de ‘no me toques’ (Impatiens pallida), que en condiciones de baja luminosidad prefiere invertir sus energías en el mantenimiento de su raíz y tallo, no en producir más hojas, y de esta manera compartir la poca energía lumínica con todo el cuerpo de la planta. Estos son unos cuantos ejemplos que encontramos en la naturaleza.
El altruismo biológico se define como el resultado de una acción: si una ameba actúa de manera tal que su bienestar se ve afectado al proveer bienestar a otros individuos de su especie, eso es altruismo. (Algunas especies de ameba social son conocidas por sacrificarse y morir por sus descendientes). Altruismo humano o psicológico, por otro lado, se basa en la intención: Si ayudo a una anciana a cruzar la calle porque tengo diseños secretos que puedo inscribir en su voluntad, entonces no puedo ser considerado altruista, inclusive si un auto me atropeya y muero en el intento. Aun así, ¿hay alguna relación entre los actos altruistas de la ameba y el altruismo en los seres humanos? Después de todo, al igual que los actos en la minúscula ameba, el cerebro que le permite a los humanos actuar de manera altruista es un producto de la evolución.
Desde Darwin, e inclusive mucho más antes, esta clase de acertijo siempre se ha tratado de resolver. En particular, ha habido un interés en saber si en realidad existe un altruism verdadero. ‘Rasguñe a un altruista y encontrarás la sangre de un egoista,’ es un dicho sobre el acual algunos han filosofado. ¿Es así como deberíamos explicar la vida de los galardonados con el premio Nobel de la Paz Albert Schweitzer y la Madre Teresa? ¿O un soldado que salta sobre una granada para salvar la vida de sus compañeros? Algunos con cinismo dirían, así sea de manera consciente o no, el sacrificio es siempre generado por motivos ulteriores.
La historia nos enseña que cuando se considera la relación entre la naturaleza y la moralidad, siempre tropezamos con lo que se conoce como la Guillotina de Hume (descrita por el filósofo Escocés David Hume [1711-1776] y a menudo erróneamente referenciada como ‘la falacia naturalística’). Es decir, el error está en confundir lo que es con lo que debería ser; o, lo que observamos en la naturaleza con una norma de nuestro propio comportamiento (Hume, 1739). Esto es importante en el ámbito altruista, pues desde la epoca de Darwin, la ciencia ha ofrecido un número de explicaciones sobre la evolución de características relacionadas con el sacrificio.
Una de estas explicaciones es el nepotismo: entre más cercana sea la relación genética, más posibilidades de altruismo existen. Esta idea fue formalizada en algebra por el biólogo evolutivo Inglés Bill Hamilton, quien aseveró que una característica genética de altruismo debería expandirse en toda una población si:
rB > C
Donde r corresponde a la relación genética de dos individuos, B es el beneficio reproductivo obtenido por quien reciba el acto altruista, y C es el costo reproductivo para el individuo que ejecuta el acto altruista (Hamilton, 1964a, 1964b). ¿Significa esto que es algo natural ayudar a los congéneres, pero algo anormal ayudar a extraños?
Quizá no. Otra explicación es simplemente la reciprocidad: un individuo presta su ayuda a otro esperando una retribución. Un hecho relacionado con este asunto es la confianza: si no puedo indicarle a otros que soy confinable, no sobreviviré en un mundo que depende de la cooperación.
Una tercera explicación es la selección de grupos: los grupos que practican el altruismo como herramienta que ayuda a cimentar su cohesión prevalecerán sobre otros grupos con individuos no cooperativos.
¿Pero permiten estas explicaciones la consideración del altruismo verdadero? Estas explicaciones satisfacen a los escépticos quienes se adhieren a la lógica del egotismo: Vale la pena ayudar a otros o inclusive a un grupo de individuos si hay beneficio para si mismo. Si esto es lo que los modelos y las teorías indican, respaldados por observaciones empíricas, entonces es posible que el altruismo sea realment un sueño. Más peligrosa es aun la idea de que si evolucionamos para ser altruistas solo por razones egoistas, quizá no deberíamos ni siquiera intentar comportarnos como verdaderos altruistas.
Un científico que intentó resolver el misterio del altruismo fue el genetista de poblaciones Americano George Price. Mediante la derivación de una ecuación en los años 60, la cual lleva su nombre, Price indicó que si el altruismo se puede explicar mediante las matemáticas, entonces no es un altruismo verdadero. La abnegación conlleva interés—esto es lo que él creyó su ecuación indicaba (Price, 1970).
Para George Price, esta fue una idealización terrible, y como un angel, determinado a refutar el concepto matemático que él mismo había construido, se aproximó a los indigentes de Londres, en el Reino Unido. Al final y después de haber regalado todos sus bienes, se convirtió en un indigente abandonado, acabando con su propia vida en un fria localidad Londinense en 1975.
La ciencia es una herramienta poderosa para comprender la naturaleza. La neurogenética y los estudios de imagenes de resonancia magnética funcional intentan hallar los genes responsables del altruismo y las regiones del cerebro relacionadas con el comportamiento altruista (Churchland, 2011). Es por esto que debemos acordarnos del destino de George Price: su historia es una persofinificación de la paradoja del altruismo. Esto indica que las herramientas de la ciencia no son siempre relevantes a las ecuaciones en las cuales estamos interesados, como en la relacionada con la manera en la cual deberíamos comportarnos. ¿Si podemos resolver todas las preguntas científicas que nos hagamos, podremos responder todo lo que queremos entender?
Agradecimientos
Este artículo se adaptó de un artículo previo escrito por Oren Harmanw1, publicado en la página electronic de Forbes.
References
- Churchland P (2011) Braintrust: What Neurobiology Tells Us About Morality. Princeton, NJ, USA: Princeton University Press. ISBN: 9780691137032
- Hamilton WD (1964a) The genetical evolution of social behaviour I. Journal of Theoretical Biology 7(1): 1-16. doi: 10.1016/0022-5193(64)90038-4
- Hamilton WD (1964b) The genetical evolution of social behaviour II. Journal of Theoretical Biology 7(1): 17-52. doi: 10.1016/0022-5193(64)90039-6
- Harman O (2010) The Price of Altruism: George Price and the Search for the Origins of Kindness. New York, NY, USA: W.W. Norton. ISBN: 9780393067781
- Hume D (1739) A Treatise on Human Nature. Cheapside, UK: John Noon
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El texto está disponible gratuitamente en Project Gutenberg.
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- Price GR (1970) Selection and covariance. Nature 227: 520-521. doi: 10.1038/227520a0
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Web References
- w1 – Este artículo está basado en un artículo escrito por Oren Harman para la página Forbes.
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También en la página electrónica de Forbes, vea un video de Oren Harman discutiendo la historia que utilizó en su libro más reciente, El Precio del Altruismo.
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Resources
- El filósofo Elliot Sober y el biólogo David Sloan Wilson intentan reconciliar el altruismo de manera evolutiva y psicológica, con los descubrimientos científicos que parecen describir a la naturaleza como ‘cruel y despiadada.’
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Sober E, Wilson DS (1998) Unto Others: The Evolution and Psychology of Unselfish Behavior. Cambridge, MA, USA: Harvard University Press. ISBN: 978-0674930476
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- Para encontrar información sobre la razon por la cual el psicólogo Steven Pinker no apoya la idea de la selección grupal, consulte este ensayo: ‘El Atractivo Falso de la Selección Grupal’.
Review
Altruismo es un comportamiento obseravado en todo tipo de organismo, pero aun así su origen continua siendo un misterio. En este artículo, Oren Harman explora las causas plausibles del altruismo y si bien el altruismo verdadero existe en el ser humano.
Este no es un artículo científico en un sentido estricto; pueder ser utilizado fácilmente en una clase de estudios socials. El maestro podría usar este artículo como base para discutir la relación entre la ciencia y temas de estudios sociales: Por ejemplo, selección natural y altruismo, las bases genéticas del altruismo, el altruismo y acondicionamiento del grupo; y formulaciones matemáticas del altruismo. El artículo se puede utilizar con estudiantes de cualquier edad de la escuela secundaria, en particular con aquellos de edades entre los 15 y los 19 años.
Este artículo se puede utilizar en un ejercicio de comprensión de lectura, con preguntas como las siguientes:
- ¿Por qué el altruismo es considerado como un comportamiento que reduce el acondicionamiento de un organism?
- Algunos consideran que el altruismo verdadero no existe en el ser humano. ¿Por qué se dice esto?
- El altruismo es un compartamiento que podría influir en la selección natural. Utilice un ejemplo específico para respaldar esta idea.
- ‘Si el altruismo pudiera ser explicado mediante las matemáticas, no era entonces lo que parecía.’ Explique el significado de esta proposición.
Michalis Hadjimarcou, Chipre