Sembrando las semillas de la ciencia: Helke Hillebrand Inspire article

Traducido por Rafael Martínez-Oña. Helke Hillebrand siempre ha estado fascinada por la ciencia, pero en las postrimerías de su carrera de biología de las plantas, su deseo de trabajar más estrechamente con la gente la ayudó a acercarse a las mentes de los jóvenes en lugar de producir…

Helke en París, su ciudad
favorita

Imagen cortesía de Rüdiger Hell

Parecía un hecho que la joven Helke Hillebrand entraría en la ciencia. “Me enamoré de la biología en el noveno grado”, dice la mujer que supervisa cerca de 200 estudiantes de doctorado en el European Molecular Biology Laboratory (EMBLw1), todos ellos confían en ella como asesora, oyente, solucionadora de problemas y amiga. «Me di cuenta que en la ciencia no todo acaba al preguntar «¿Por qué?” y “¿Cómo funciona?» – y lo asombroso que es nuestro mundo si uno llega a pensar que es un sistema en constante evolución en lugar de algo «dado».»

A partir de ahí, se trataba de un pequeño salto en la biología de las plantas, que también ofreció algo más en lo que Helke, que creció en la pequeña ciudad de Velbert, cerca de Essen, Alemania, estaba interesada: un aspecto social. “Me quedé sorprendida por las asombrosas capacidades bioquímicas de las plantas, y descubrí mi interés por la biotecnología y la agricultura, con énfasis especial en la alimentación, la nutrición y la coevolución de la historia de la humanidad con el progreso agrícola”, dice. «Después de mi tesis doctoral trabajé como profesora asistente (akademische Rätin) durante algún tiempo en la universidad. Luego entré en BASF Plant Sciencew2 [una sección de la compañía química más grande del mundo] en Ludwigshafen, Alemania, como científico senior, allí organicé mi propio grupo y llevé a cabo proyectos de investigación para desarrollar una «caja de herramientas» para ingeniería genética de plantas. En especial me gustó penetrar en profundidad en la ciencia básica, pero al mismo tiempo tener la oportunidad de adquirir una amplia visión de las necesidades agrícolas.»

En poco tiempo, Helke se había convertido en jefe de la división de “tecnologías de apoyo» pasando de sus propias actividades de investigación a la gestión de la tecnología. “Mi trabajo tiene una estrategia muy amplia – satisfacer las necesidades actuales tanto como desarrollar una visión sobre futuras aplicaciones y tecnologías de vanguardia”, nos explica.»Disfruté del esfuerzo realizado para alcanzar la experiencia y excelencia en sentido amplio en una de mis áreas favoritas de investigación: entender cómo las células llegan a «saber» qué hacer y cuándo, y cómo se dispara este flujo de comunicación a un nivel bioquímico dentro de una célula, un tejido o un organismo completo.»

Helke discutiendo resultados
experimentales con un
colega en BASF

Imagen cortesía de BASF

Sin embargo, hubo una cosa que todavía le faltaba a Helke como investigadora científica. «Me gusta mucho trabajar con la gente», dice. “Cuando estaba trabajando en los laboratorios de investigación me gustó tener colegas buenos y cercanos que llegaron a ser amigos queridos – teníamos objetivos y metas comunes a alcanzar, y los alcanzábamos apoyándonos unos en otros – pero a menudo sentía que me faltaba algo para conectar con muchos tipos diferentes de personas.»

Para afrontar esta situación, Helke se implicó en todas las oportunidades de aprendizaje como le fue posible. “La mayor recompensa es ver la cara de un estudiante brillando con interés por el tema o ver entusiasmado a uno de los menos interesados”, dice. «Es fantástico ver florecer el talento y ayudar a ese proceso. En especial me gusta explicar historias científicas complejas al público.

«Durante mis dos últimos años en BASF estuve en el puesto de portavoz financiera del departamento de relaciones con inversionistas. También trabajé como contacto principal para los inversores en Asia y disfruté mucho del contacto con la gente, especialmente con los profesionales japoneses, que tienen una cultura empresarial fascinante.”

Así, cuando se le presentó una oportunidad en el EMBL, Helke la aprovechó. «En mi posición como decano de estudios de postgrado, cuido todos los aspectos del programa de doctorado del EMBL, que incorpora alrededor de 50 estudiantes de todo el mundo cada año», explica. “Además de la gestión administrativa y de negocio, mi papel aquí es el de actuar como mentor y confidente. Tengo una política de puertas abiertas para los estudiantes del EMBL, que pueden hablar conmigo sobre problemas académicos o personales.

“También soy parte activa en cuestiones externas del EMBL participando en la elaboración de alianzas y establecimiento de colaboraciones con universidades para la concesión de títulos de doctorado conjuntos, la promoción de programas de doctoradow3 en conferencias, etc.”

Helke entregando un premio
especial del EMBL en el
concurso Jugend Forscht 2010

Imagen cortesía de BASF

Con esto, Helke ha encontrado la mezcla perfecta de ciencia y relaciones con la gente. «Yo nunca había pensado antes cómo cambiarían las cosas y lo que siempre había disfrutado como una actividad colateral luego se convertiría en mi profesión; de hecho nunca me había imaginado que esto pudiese ser posible», dice. “Lo que más me importa es ser capaz de contribuir a que se reconozca la importancia de algo en lo que creo. Para mi son importantes situaciones en las que cuenta el compromiso, donde la ayuda mutua se valora, donde las personas se escuchan unas a otras y donde se valora el triunfo del equipo.

Inclusive como investigadora he mantenido siempre vínculos con cosas que me gustaba mucho hacer – como tutoría, especialmente para las jóvenes ó futuras investigadoras, enseñanza y entrevistas con estudiantes para becas – a pesar de que estas cosas estaban muy lejos de mi misión científica profesional.” Por ejemplo, desde 2005, Helke ha sido evaluadora de propuestas relacionadas con la biología del Jugend Forschtw4, el concurso alemán de jóvenes científicos para estudiantes de hasta 21 años.

Helke podía haber optado por alejarse de la investigación, pero aun no habiéndolo hecho, ha evolucionado y en sus nuevos puestos de trabajo se requiere gran comprensión, diplomacia y habilidad para la comunicación. “Uno de los aspectos más difíciles de la carrera científica es el momento en que uno tiene que pasar de ser “sólo” un investigador excelente a ser un líder que guíe a un grupo de personas que va a invertir un periodo de sus vidas y carreras centrado en tus ideas de investigación”, dice ella. «De repente – a menudo sin ningún tipo de formación – los investigadores necesitan convertirse en profesores, supervisores, gestores, expertos en conseguir fondos – y todo eso al mismo tiempo. En la ciencia, la verdadera excelencia requiere que las personas tengan una gran cantidad de habilidades y está claro que los profesores, las universidades, los institutos y las iniciativas del Gobierno deben ser conscientes de que estas habilidades pueden y deben ser aprendidas y entrenadas y mejoradas continuamente.»


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Author(s)

Vienna Leigh estudió lingüística en la Universidad de York, Reino Unido, y tiene una maestría en literatura contemporánea. Además de pasar varios años como periodista en Londres, ha trabajado en la publicación de libros y revistas de viajes como escritora, editora y diseñadora. También tiene experiencia en temas científicos, estos últimos años trabaja como oficial de información y publicaciones en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular y como editor de su boletín informativo, EMBL&cetera.

Review

Este artículo muestra claramente la importancia de transmitir a los estudiantes el interés por la ciencia desde temprana edad. Una vez que los estudiantes se interesan en un tema, no es fácil atraerlos a otros campos. Aunque el estudio de la ciencia puede ser difícil, el artículo pone de manifiesto que merece la pena, pues la ciencia abre numerosas vías para otros estudios y desarrollos profesionales. El artículo también muestra que los científicos son humanos, con los mismos rasgos y características que podríamos experimentar nosotros mismos, incluyendo la necesidad de estar y trabajar con otras personas.

El artículo va dirigido a estudiantes de 13 o más años, sobre todo de clases de biología, pero también puede ser utilizado con estudiantes de ciencias para conocer perspectivas de carrera o para discutir las (supuestas) características que deben tener los científicos.

Paul Xuereb, Malta

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