Crimen y conservación: abordaje del tráfico ilegal del cuerno de rinoceronte Inspire article

Debido a que los intentos de salvar a los rinocerontes continúan fracasando, ¿es momento de involucrar a las comunidades locales?

Cuando Annette Hübschle pisó por primera vez el Parque Nacional Limpopo en Mozambique para empezar el trabajo de campo para su Tesis Doctoral, le pilló desprevenida. “Fue surrealista”, dice Annette. “La realidad de la situación me golpeó tan pronto como entré en el parque. Guarda bosques armados con rifles corrían por todos lados y, uno de ellos se paró a hablarme. Me dijo: los cazadores furtivos viven con el lema: ‘hazte rico joven o muere intentándolo’. Viven para las armas, mueren por las armas”.

Como criminóloga y socióloga, Annette había estudiado anteriormente el crimen organizado en África, que va desde el mercado de la droga al tráfico de personas. Ahora estaba a punto de embarcarse en un viaje para estudiar un producto con un valor en el mercado mayor que la heroína o la cocaína: el cuerno de rinoceronte.

Las poblaciones de rinocerontes han descendido dramáticamente en los últimos años debido a la caza furtiva para obtener sus cuernos.
Free-Photos/pixabay.com, CC0

Investigando el tráfico del cuerno de rinoceronte

Habiendo crecido en Namibia, Annette fue siempre consciente de los problemas de los rinocerontes. “Yo era una adolescente durante la crisis de la caza furtiva de los rinocerontes a finales de los 80s y principios de los 90s, de modo que siempre fui consciente de que los rinocerontes estaban amenazados”, dice. “Cuando creces en el continente africano, estás habitualmente rodeada de áreas conservadas. Eres consciente de los temas de la vida salvaje, lo mismo que, de forma más amplia, de los problemas históricos asociados con las áreas protegidas”.

Criminologist and sociologist Annette Hübschle
La criminóloga y socióloga
Annette Hübschle

Annette Hübschle
 

Cuando surgió la oportunidad de estudiar el mercado ilegal de cuernos de rinoceronte, Annette supo que era el campo adecuado para ella. Comenzó su doctorado en 2011 en el Instituto Max Planck para el Estudio de las Sociedades y la Universidad de Colonia, Alemania. En ese momento, la caza furtiva del rinoceronte se había convertido nuevamente en un serio problema. En los 14 meses siguientes, Annette viajó a siete países y entrevistó a más de 400 personas para ahondar en el devastador mundo del tráfico ilegal de cuernos de rinoceronte, realizando su viaje desde el sur de África hasta el mercado que lo consume en el sureste de Asia, donde se le atribuye propiedades medicinales y su uso como un símbolo de prestigio gobiernan la demanda.

En el transcurso de su trabajo de campo, Annette entrevistó a criadores privados de rinocerontes, comunidades locales, contrabandistas y cazadores furtivos. “En Sudáfrica, hay una amplia variedad de personas envueltas en el tráfico de vida salvaje a diferentes niveles, incluidos pilotos de helicópteros, veterinarios de especies exóticas, granjeros, agentes para la conservación, policía, incluso ministros”, declara Annette. Lo que encontró más sorprendente al hablar con los cazadores furtivos de menor nivel, sin embargo, fue que muchos de ellos estaban descontentos con las autoridades del parque, con el personal anti-cazadores furtivos y con el gobierno. Destaca que la conservación de la naturaleza continúa beneficiando a la élite económica y política: el estado, cazadores, granjeros y operadores turísticos. “Muchos cazadores furtivos con los que dialogué lo habían dejado sin ninguna oportunidad; la tierra les había pertenecido, pero ahora esas áreas del parque nacional – junto con los derechos de caza y el acceso a los recursos naturales – eran inaccesibles para ellos”, cuenta.

En las entrevistas de Annette, mucha gente local expresó su enfado, su falta de autoridad y marginación. Una mujer mayor, que había sido recientemente reubicada desde un parque nacional, decía: “No hay paz aquí, ni esperanza. Te pueden dar una casa y al día siguiente, quitártela y, dársela a alguien más. Los jóvenes luchan para tener un trabajo en este pueblo. Algunos acaban robando debido a la falta de empleo, otros se dedican a la caza furtiva de rinocerontes. Unos vuelven, otros mueren y otros son arrestados”. Dado que mucha gente local podría conseguir más dinero de la venta de un solo cuerno de rinoceronte que de lo que ganaría en un año en cualquier otro trabajo, quizás no sea sorprendente que la red de criminales pueda atraer fácilmente a los locales hacia la caza furtiva.

Emponderando a las comunidades

Entender la razón por la cual la gente participa en la caza furtiva y enfocarse en estrategias orientadas en la comunidad para combatirla es el centro de la última investigación de Annettew1. Desde que terminó su doctorado, ha trabajado como investigadora consolidada y becaria postdoctoral en la Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica y, también como investigadora para la Iniciativa Global contra el crimen transnacional organizado. “Estuve trabajando en un Proyecto que indagaba en el porqué la gente cazaba furtivamente. Por el momento, el incentivo de las estructuras va contra los rinocerontes – para la gente que vive cerca de un parque nacional y de reservas, los rinocerontes están mejor muertos que vivos”, explica Annette. “Estamos tratando de cambiar esta estructura incentivada para frenar el tráfico ilegal de especies”.

A mother and calf killed for their horns in Gauteng, South Africa
Una madre y una cría asesinadas por sus cuernos en Gauteng, Sudáfrica
Hein waschefort/Wikimedia Commons, CC BY-SA 3.0
 

Annette considera las comunidades locales como los interesados más importantes en el debate sobre la economía de la vida salvaje, pero afirma que ellos frecuentemente ignoran esto. “Viven no solo en el límite de los parques, sino también al margen de la sociedad”, declara. La gente local en las áreas rurales es excluida a menudo de los servicios públicos, por ejemplo. Como resultado, los principales responsables y los cazadores furtivos, a veces, asumen funciones similares a las del estado mandando construir carreteras, tiendas y pozos o, mejorar la educación básica y la sanidad – todo pagado con dinero procedente de los cuernos de rinocerontes cazados furtivamente. Si las comunidades locales obtuvieran la propiedad de la tierra y se beneficiaran de la conservación de los rinocerontes, se volverían conservacionistas en vez de cazadores furtivos de la vida salvaje. Un país en donde esta estructuración basada en la comunidad ha tenido éxito es Namibia, donde los que fueron anteriormente cazadores furtivos y la gente local actúan como guardianes de la vida salvaje y son responsables de la gestión del terreno y de la protección de las especies en peligrow2.

En los últimos años, sin embargo, muchas operaciones de conservación han decidido aumentar las medidas de seguridad. Guardabosques adicionales, mejores armas, helicóptero con cañón y drones anti-cazadores furtivos han contribuido a esta ‘militarización verde’. “El objetivo de disparar a matar, ciertamente, no ayuda a establecer mejores relaciones entre comunidad-parque”, comenta Annette. Ella cree que las medidas contra la caza furtiva actuales no atraen a la gente local que vive dentro o cerca de las áreas protegidas y de las reservas de caza. En realidad, para empeorar las cosas: mucha de la gente local que entrevistó, expresó su enfado hacia el estado por valorar la vida de los animales salvajes más que la de ellos mismos.

Rinocerontes africanos y más allá

A pesar de las numerosas medidas puestas en marcha para proteger a los rinocerontes, el mercado ilegal continua en auge. En 2017, 1028 rinocerontes fueron abatido en Sudáfrica – una media de unos tres rinocerontes cada díaw3. “La población de rinocerontes ha descendido enormemente desde los días del comienzo de mi trabajo de campo”, afirma Annette.

The Eastern Cape giant cycad, endemic to South Africa
Cica gigante del Cabo Oriental,
ndémica de Sudáfrica

Bildagentur Zoonar
GmbH/Shutterstock.com
 

Y, por supuesto, no son solo los rinocerontes los que necesitan protección. “Hay muchas especies a las que no se les presta atención”, comenta Annette. “El pangolin es el animal con el que más se trafica en el mundo, por ejemplo, pero además poca gente sabe que existen. Después están las hermosas cicas – un tipo de palmera que actualmente están más en peligro que los rinocerontes en Sudáfrica”. El tráfico ilegal de especies salvajes tiene lugar no solo en países africanos o asiáticos: Europa también juega un papel importante. “Existen bastantes puertos europeos a través de los que se trafica con especies salvajes de contrabando. También hay muchos consumidores europeos de productos de especies salvajes – especialmente los que proceden de pájaros exóticos y de reptiles – y, por supuesto, los europeos están envueltos en la caza de trofeos”, declara Annette. “Recientemente, ha habido muchos robos en Europa también, en donde los cuernos de rinoceronte y marfil han sido robados de los museos o de colecciones privadas”.

La caza furtiva del rinoceronte es un tema altamente complejo y, Annette señala que no hay una fórmula para acabar con el crimen hacia la vida salvaje. Ella está convencida, sin embargo, de que la clave para la conservación del rinoceronte es el trabajo con las comunidades. “Aunque estamos tratando de salvar al rinoceronte, solo podemos hacerlo si tenemos en cuenta a la gente que vive próxima a él”, concluye.


Web References

  • w1 – Lee el último trabajo de investigación de Annette Hübschle sobre el tráfico de especies salvajes, publicado en Agosto del 2018 en Global Initiative website.
  • w2 – Mira la historia compartida por John Kasaona sobre los guardianes de especies salvajes en Namibia en su charla TED ‘How poachers became caretakers’.
  • w3 – La organización benéfica Save the Rhino proporciona estadísticas recientes sobre la caza furtiva en la página web.

Resources

Author(s)

Hannah Voakes editor de Science in School. Con una licenciatura en Biología y entusiasmo por la comunicación científica, se mudó a Alemania en 2016 para unirse a Science in School en el European Molecular Biology Laboratory.

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